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jueves, 27 de junio de 2013

EL ABORTO LIBRE Y GRATUITO, UNA GARANTÍA DE LA REVOLUCIÓN CUBANA. (Por Inmaculada Martín)



La libre elección de decidir sobre su reproducción y su futuro, es sin duda uno de los grandes logros que ha tenido la mujer cubana dentro la Revolución.

En cualquier país del mundo las feministas defendemos que todas las mujeres puedan tomar las decisiones sobre su reproducción de forma libre, pero para ello el aborto ha de convertirse en un derecho social. Esto pasa porque el Estado garantice la posibilidad de abortar de forma segura y asequible para todas las mujeres, independientemente de sus ingresos, así como las condiciones para que las mujeres puedan ser madres. Si no existe el aborto seguro y gratuito, el aborto nunca será un derecho para todas las mujeres.

En Cuba, durante la etapa anterior a 1959 en el hombre dirigía tanto el hogar como los bienes. A partir del triunfo de la Revolución, se promovieron leyes fundamentales que obedecieron al cambio, entre ellas, el Código de Familia, aprobado en el I Congreso del Partido Comunista de Cuba mediante una resolución sobre la eliminación de la discriminación a las mujeres y la introducción de la educación sexual en el sistema de enseñanza
del país.

Al triunfar la Revolución, Cuba era uno de los pocos países de América en el que el aborto era una práctica legal. El acceso al aborto, eso sí, estaba marcado por una fuerte desigualdad social y económica. Un aborto seguro en una de las exclusivas clínicas privadas de la Isla, sólo podían pagarlos mujeres de la clase media-alta de Cuba, del resto del continente y de los Estados Unidos.

Por esa razón, en 1965 el gobierno cubano instituyó la práctica libre y gratuita del aborto para todas las mujeres cubanas que lo requirieran y estableció por ley cuatro requisitos:

- Es la mujer la que decide.
- Debe realizarse en una institución hospitalaria
- Debe ser realizado por manos expertas.
- Es totalmente gratuito.

El Ministerio de Salud Pública garantiza los servicios de aborto con una alta calidad y seguridad, por lo que existe un número importante de hospitales y otras unidades acreditadas para ello con personal adecuadamente calificado y entrenado.

En Cuba se ha priorizado la educación sexual, el conocimiento y acceso a los anticonceptivos y la planificación familiar, por lo que la mujer cubana ha alcanzado conocimientos acerca de su cuerpo, la posibilidad de regular su reproducción y la garantía de acceso a los recursos para conseguirlo.

El aborto es un problema fundamentalmente de las mujeres pero también lo es de clase, en este sentido la movilización y relevancia política de las mujeres en el proyecto socialista de la Revolución Cubana, es clave para el avance del país. Hay que ver el problema del aborto como una cuestión de base material. Si el capitalismo necesita la familia como forma de reproducción gratuita de la clase trabajadora deberá tener control sobre ella. Y sobre todo, es sobre la mujer en quien recae el peso de esa reproducción. El cuerpo de la mujer cumple así un papel fundamental para el sistema.

La lucha antiimperialista debe estar fundamentada también en la libre elección de las mujeres al aborto libre y gratuito. El imperialismo es el enemigo de las naciones oprimidas, es la fuente principal de la opresión, la esclavitud y la agresión de que son objeto los pueblos y las mujeres del mundo entero. En los países sometidos al yugo imperialista millones de mujeres trabajan en las fábricas y viven en los cinturones de miseria.

Quieren ser independientes y mandarle parte del salario a la familia. Pero pronto se encuentran en un terrible callejón sin salida. Grandes industrias chupan la sangre de millones de obreras; su sufrimiento produce ropa a bajo coste para todo el planeta.

Los conflictos surgidos de la intervención imperialista tienen
consecuencias especialmente graves para las mujeres, por el uso de su cuerpo como arma de guerra que la lleva a la degradación sexual.

En definitiva, no puede existir el capitalismo, ni el imperialismo sin el dominio machista del hombre, que no es más que el derecho de propiedad sobre la mujer. Es fibra fundamental del tejido de la sociedad y la cultura dominantes.

La lucha contra la penalización del aborto libre es fundamental para la lucha de la liberación de la mujer, que está condenada a esclavizarse en el modelo familiar burgués bajo el sistema patriarcal y capitalista en el que vivimos.

Inmaculada Martín. Militante de IC y miembro de la Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba

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