Se trataba esencialmente de oficiales del Ejército Rojo, a menudo de jóvenes oficiales salidos de las Academias militares. Y su jefe -del que no citaron nunca su nombre verdadero-, el "Camarada X", era un oficial superior, miembro del Comité Central a lo largo de los años treinta y cuarenta.
Riz, capitán-teniente en las Fuerzas Navales, fue el jefe del movimiento clandestino en la Flota del mar Negro. Cuatro veces expulsado del Partido y cuatro veces readmitido (Tokaïev, p.6).
El general Osepyan -¡vicejefe de la Administración política de las Fuerzas Armadas!-, y Alksnis estaban entre los principales responsables de la organización clandestina. Todos ellos muy ligados al general Kashirin. Estos tres últimos fueron detenidos y ejecutados en el proceso Tujachevski (Tokaïev,p.118). Algunos otros nombres: El teniente coronel Gaï, muerto en 1936. El coronel Kosmodemyansky que "había iniciado una tentativa heroica demasiado prematura para hundir a la oligarquía de Stalin" (Tokaïev, p.215). El coronel-general Todorsky, jefe de la Academia Zhukovsky y Smolensky, comisario de división, vicejefe de la Academia, responsable de los asuntos políticos (Tokaïev, p.28).
En Ucrania, el grupo se apoyaba en Nikolaï Generalov, al que Tokaïev reencontró en 1931 durante una reunión clandestina en Moscú, y en Lentzer. Los dos fueron detenidos en Dniepropetrovst en 1936 (Tokaïev, p.9 y 47).
Katya Okman, la hija de un viejo bolchevique, que entró en conflicto con el Partido a principios de la revolución, y Klava Yeryomenko, ucraniana, viuda de un oficial de la aviación naval de Sebastopol, aseguraban los contactos a través de todo el país. Cuando la depuración del grupo de Bujarin (el "desviacionismo de derecha") y del mariscal Tujachevski, la mayor parte del grupo de Tokaïev fue detenido y fusilado. "Los círculos próximos al "Camarada X" fueron casi completamente diezmados. La mayor parte detenidos en relación a la 'desviación derechista' " (Tokaïev, p.84).
Nuestra situación, dice Tokaïev, era trágica. Uno de los cuadros, Belinsky, remarcó que nos estábamos equivocando creyendo que Stalin era un incapaz que no podría realizar jamás la industrialización y el desarrollo cultural. Riz le replicó que estaba equivocado, que de lo que se trataba era de una lucha de generaciones y que lo que había que hacer era prepararse para el después de Stalin..." (Tokaïev, p.75) Siendo ellos mismos una plataforma anticomunista, la organización clandestina de Tokaïev mantenía estrechos contactos con las fracciones de los "comunistas-reformistas" en el seno de la dirección del Partido.
En junio de 1935, Tokaïev fue enviado al Sur. Nos hace en su libro algunas revelaciones a propósito de Yénukidze y de Shédboldayev, dos bolcheviques "estalinistas", considerados corrientemente como víctimas típicas de la arbitrariedad de Stalin. "Una de las tareas era intentar prevenir un ataque contra ciertos dirigentes de la oposición del mar de Azov, del mar Negro y del Cáucaso Norte, en donde el jefe era B.P. Sheboldayev, el Primer secretario del Comité del Partido y miembro del Comité Central. Nuestro movimiento no estaba completamente de acuerdo con el grupo Sheboldayev-Yenukidze, pero sabíamos lo que hacían y el "Camarada X" consideraba que era nuestro deber revolucionario ayudarles en un momento de riesgo. Teníamos nuestras divergencias sobre detalles, pero se trataba de hombres valientes y honorables, que en muchas ocasiones habían salvado a miembros de nuestro grupo, y que tenían una suerte considerable en acertar" (Tokaïev, p.6). En 1935 "mis contactos personales me daban la posibilidad de tener acceso a ciertos documentos muy secretos del Servicio Central del partido y que informaban sobre "ABU" Yenukidze y su grupo. Los papeles nos ayudaron a descubrir lo que los estalinistas sabían sobre todos los que trabajábamos contra ellos" (Tokaïev, p.17). "Yenukidze era un comunista convencido pero del ala derecha. En los años 30, era probablemente el hombre más animoso en el Kremlin. El conflicto abierto entre Stalin y Yenukidze databa, de hecho, de la ley del 1º de diciembre de 1934, que siguió inmediatamente al asesinato de Kirov" (Tokaïev. p.18). "Yenukidze toleraba, bajo mano, a un puñado de hombres que eran técnicamente eficaces y útiles a la comunidad, pero que eran anticomunistas" (Tokaïev, p.20).
Yenukidze fue puesto en residencia vigilada a mediados de 1935. El teniente coronel Gaï, dirigente de la organización de Tokaïev, organizó su huida. En Rostov sobre el Don, tuvieron una reunión con Sheboldayev, Primer secretario del Comité del Partido de la región Azov-Mar Negro, con Pivovarov, el presidente del Soviet de la región y con Larin, el Primer ministro. Después Yenukidze y Gaï continuaron hacia el sur, pero fueron sorprendidos por la KGB cerca de Bakú. Gaï mató a dos hombres y después se suicidó" (Tokaïev, p.22).
El segundo grupo de oposición con el que la organización Tokaïev tuvo encuentros fue el de Bujarin. Sus relaciones han sido descritas más arriba. Tokaïev afirma que su grupo mantenía contactos estrechos con otra fracción que estaba en la cabeza del Partido, la del Jefe de la Seguridad, Yagoda."Conocíamos el poder del jefe de la NKVD, Yagoda, en su papel, no de servidor, sino de enemigo del régimen" (Tokaïev, p.7). Tokaïev dice que Yagoda protegió a muchos de sus hombres que estuvieron en peligro. Cuando la detención de Yagoda, todos los lazos del grupo Tokaïev con la dirección de la Seguridad se perdieron. Para su movimiento clandestino, fue un golpe muy duro... "El NKVD, ahora dirigido por Ejov, daba pasos adelante. El Buró Político restringido había penetrado las conspiraciones del grupo Yenukidze-Sheboldayev y el grupo Yagoda-Zelinsky, y había roto los contactos de la oposición con las instituciones centrales de la policía política." "Yagoda fue despedido del NKVD y perdimos un eslabón importante para nuestro servicio secreto de oposición" (Tokaïev, p.63).
¿Cuales eran las intenciones, los proyectos y las actividades del grupo Tokaïev?
"Mucho antes de 1934 -dice Tokaïev-, nuestro grupo tenía el proyecto de asesinar a Kirov y a Kalinin, Presidente de la Unión Soviética. Finalmente, fue otro grupo quien ejecutó la operación contra Kirov, un grupo con el cual estábamos en contacto" (Tokaïev, p.2). "En 1934, hubo una conspiración para comenzar una revolución deteniendo a todos los estalinistas reunidos en el curso del XVII° Congreso del Partido" (Tokaïev, p.37). Una camarada del grupo, Clava Yeryomenko, había propuesto, a mediados de 1936, matar a Stalin. Conocía a oficiales de la guardia de Stalin. El "Camarada X" lo rechazó, porque habían habido ya 15 tentativas sin éxito, que habían causado numerosas pérdidas (Tokaïev, p.49). "En agosto de 1936 mi conclusión era que deberíamos hacer preparativos inmediatos para una insurrección armada general. Estaba seguro, en esa época, como lo estoy hoy en día, de que si el Camarada X hubiese lanzado un llamamiento a las armas, habría tenido el apoyo directo de muchos de los grandes hombres de la URSS. En 1936, Alknis, Yegorov, Osepyan y Kashirin le hubiesen apoyado" (Tokaïev, p.48). Hay que remarcar que todos estos generales fueron ejecutados como consecuencia de la conspiración de Tujachevski. Tokaïev piensa que ellos tenía en 1936 suficientes hombres en el Ejército como para realizar un golpe de Estado y de que con Bujarin aún vivo, podría haber conseguido el apoyo de los campesinos. "Uno de nuestros pilotos", dice Tokaïev, "había sometido al Camarada X y a Alksnis y Osepyan su plan para bombardear el mausoleo de Lenin y el Buró Político" (Tokaïev, p. 34). "El 20 de noviembre de 1936, en Moscú, el "Camarada X", durante una reunión clandestina de 5 miembros, propuso a Démocratov asesinar a Ejov durante el VIII° Congreso extraordinario de los Soviets" (Tokaïev, p.64). "En abril de 1939, organizamos un congreso de dirigentes de la oposición clandestina. Al lado de demócratas revolucionarios, habían socialistas y militares de la oposición "de derechas" (bujarinistas). Adoptamos por primera vez una resolución que definía al estalinismo como un fascismo contrarrevolucionario, una traición fascista a la clase obrera. La resolución fue inmediatamente comunicada a personalidades eminentes del Partido y del gobierno y conferencias similares fueron organizadas en otros centros. También evaluamos la suerte que podía tener una insurrección armada contra Stalin en un futuro inmediato" (Tokaïev, p.156). Se nota que el tema: "el bolchevismo es igual al fascismo" ha quedado como un común denominador, desde los años 30, tanto para todos los complotistas militares soviéticos, como para los trotskistas, la socialdemocracia y también para la derecha católica occidental.
Poco después, Tokaïev discute con un oficial superior del distrito militar de Leningrado, llamado Smolninsky en la clandestinidad, de la posibilidad de un atentado contra Jdanov (Tokaïev, p.156-157).
A principios de 1941, algunos meses antes de la guerra, hubo otra reunión, en donde los conspiradores discutieron la cuestión de un atentado contra Stalin en caso de guerra. Finalmente, decidieron que no era oportuno. En primer lugar, no tenían ya suficientes hombres para dirigir el país. Y, "en segundo lugar -dice Tokaïev-, en este momento, las masas no nos hubiesen seguido" (Tokaïev, p.160). Cuando estalló la guerra, la dirección del Partido propuso a Tokaïev (que hablaba alemán) ir a dirigir la guerra de los partisanos detrás de las líneas nazis. Los partisanos corrían, seguro, riesgos enormes. En este momento, el "Camarada X" decidió que Tokaïev no debía aceptar: "Debíamos, si era posible, quedarnos en los centros principales para estar prestos a la toma del poder, en el caso de que el régimen de Stalin se hundiese" (Tokaïev, p.183). "El ‘Camarada X’ estaba convencido de que para Stalin era cuestión de todo o nada. El problema estaba en que no podíamos considerar a Hitler como un libertador. Es el por qué, nos decía el "Camarada X", debemos estar preparados para el hundimiento del régimen de Stalin, pero no debemos hacer nada por debilitarlo." Este punto de vista había sido discutido durante una reunión clandestina, el 5 de julio de 1941 (Tokaïev, p.188). Después de la guerra, en 1947, Tokaïev fue encargado de discutir con el profesor alemán Tank, "especialista en aeronáutica, para convencerlo de venir a trabajar a la URSS". "Tank estaba dispuesto a trabajar sobre un avión de combate a reacción. Discutí este asunto con algunos hombres clave. Participábamos de la idea, que era errónea, de creer que los ingenieros aeronáuticos soviéticos no eran capaces de diseñar un bombardero a reacción, y de que tampoco estaba entre los intereses del país el que ellos lo hiciesen.
Según nuestra opinión, la URSS no estaba realmente amenazada por enemigos exteriores. Por esta razón, nuestros esfuerzos debían estar dirigidos hacia el debilitamiento y no hacia el reforzamiento del imperialismo monopolista soviético, con la esperanza de hacer posible una revolución democrática" (Tokaïev, p.352). Tokaïev reconoce aquí que el sabotaje económico es un medio de lucha por el poder. Estos ejemplos dan una idea de la actividad conspirativa de este grupo militar clandestino, escondido en el propio seno del Partido bolchevique, y de cómo sus supervivientes han podido ver sus "ideales" reconocidos desde la llegada al poder de Khruschev, y llevados hasta su realización completa por Gorbachov.