El obispo de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), Agustí Cortés, discrepa de las mujeres que defienden el "derecho a decidir sobre el propio cuerpo" y opina que el derecho a la vida prevalece y que los fetos "no son una parte del cuerpo de la madre" ni pueden considerarse "propiedad" de ella.
En la carta pastoral que publicará mañana la hoja parroquial de la diócesis de Sant Feliu, el obispo argumenta que el feto es un ser humano diferente de la madre y dice que "es evidente que en la jerarquía de derechos prevalece el derecho a vivir que tiene todo ser humano, sea cual sea su fase de desarrollo".
Pese a su opinión contraria al aborto, el prelado pide que se respeten todas las opiniones y las reglas democráticas y recuerda que los cristianos tienen el compromiso de "ayuda incondicional a la mujer embarazada que se encuentre en dificultades y la voluntad de hallar salidas eficaces y moralmente aceptables a los dramas humanos que en ocasiones surgen alrededor de embarazos y posibles abortos".
El obispo de Sant Feliu discrepa sobre el uso de la expresión del "derecho de la mujer al propio cuerpo" y se pregunta "qué significan estas palabras como proyecto político y qué valoración merecen a la luz del Evangelio".
"Estas palabras pueden referirse a todo tipo de situaciones en las que la mujer tiene derecho a decidir sobre sí misma en el ámbito corporal. Pero generalmente se entiende como el derecho de la mujer embarazada a decidir autónomamente si aborta o deja vivir al feto", aclara el obispo.
Monseñor Cortés opina que "la cuestión fundamental es que el feto es un ser humano diferente de la madre: la dependencia respecto de la madre no significa que el feto sea una parte del cuerpo de la madre o que se pueda considerar 'propiedad' suya (ya que entre seres humanos nadie es dueño de nadie), de modo que la madre pueda decidir si el feto tiene que vivir o morir".
"Más bien al contrario, el sentido de la dependencia es que el feto viva", añade el obispo.
Según sostiene, "incluso en el caso de que se considere un conflicto de derechos, el de la madre a decidir libremente y el del feto a vivir, es evidente que en la jerarquía de derechos prevalece el derecho a vivir que tiene todo ser humano, sea cual sea su fase de desarrollo".
"Nadie podrá pensar que el precepto de no matar a otro ser humano signifique un atentado contra el libre uso del propio cuerpo, aunque la vida de este otro ser dependa de uno mismo", sentencia.
Agustí Cortés pide que este precepto defendido por la fe cristiana "debe pasar a ley civil, porque además de razones de fe existen argumentos de naturaleza y razón humana que afectan a todos, a la civilización y a la cultura de toda sociedad verdaderamente humanista, que entre todos debemos construir"."Nosotros vemos en la cuestión del aborto una verdadera causa de humanidad, una mentalidad, un estilo de tratar al ser humano, que afecta profundamente nuestra cultura", argumenta el obispo.