Fuente: PCOE
El pasado sábado 8 de junio, y bajo la consigna “por un banco público de tierras para Andalucía”,
cargos públicos y dirigentes del Partido Comunista de Andalucía
(PCA-PCE), ‘ocuparon’ de manera simbólica fincas en Montemayor
(Córdoba), Lepe (Huelva), Campillos (Málaga) y Badolatosa (Sevilla).
Según manifiestan, esa jornada se incardina en una campaña de
movilizaciones por la reivindicación de “una reforma agraria
integral basada en el principio de soberanía alimentaria, que sirva para
modernizar este sector para permitir que miles de personas sin empleo
puedan trabajar en el campo y evitar que la acumulación de tierras por
parte de muy pocos propietarios siga siendo una causa más de paro y
pobreza”, instando el PCA “a la Junta a legislar para garantizar que el campo andaluz tenga ese carácter social”; curiosa petición la realizada a la Junta de Andalucía, cuando son ellos, el Gobierno de la misma.
El planteamiento
realizado por el PCA es propio de la socialdemocracia, otorgando al
estado burgués un papel neutral con capacidad de solventar los problemas
de los explotados, como la cuestión de la tierra, legislando para
personas como ellos expresan, en concreto aquéllas sin empleo. Para el
PCE, el análisis de clase y, consecuentemente, la concepción clasista
del estado, pasó a mejor vida hace ya muchas décadas, contemplándose
nuevamente en este asunto. El PCE nuevamente demuestra que ni es
marxista, ni mucho menos leninista, sino que abraza la ideología
burguesa, siendo, consecuentemente, una fuerza enemiga del proletariado.
En la reivindicación
expresada se habla de Banco Público de Tierras, pero no se dice nada de
expropiaciones, ni de la forma de explotación de esa tierra de tal forma
que genere empleo y se satisfaga la soberanía alimenticia, ni tampoco
se explica cómo se van a planificar los recursos económicos para hacer
productiva esa tierra. En consecuencia, lo planteado por el PCA-PCE no
pasa de ser palabrería hueca y vacía, y es un nuevo engaño al Pueblo
Trabajador.
La burguesía ha sido
incapaz de resolver la cuestión de la tierra. Bajo el capitalismo
monopolista de estado, el problema, lejos de resolverse, se agranda,
pues las políticas agrarias diseñadas por los monopolios potencian la
concentración de las tierras en manos de un puñado de terratenientes;
aplicando el gobierno andaluz, disciplinadamente, estas políticas.
Para resolver la cuestión
de la tierra es necesaria una reforma agraria antilatifundista y
antimonopolista; expropiando las tierras a los terratenientes y
socializándolas, aplicando planes que doten de los recursos económicos
necesarios a los trabajadores para poner a producir la tierra, así como
para industrializar el agro y procesar el fruto arrancado a la tierra y,
también, planificar la producción. Y todo ello es imposible bajo el
capitalismo y su marco jurídico emanado de la Constitución de 1978, que
impone a sangre y fuego la economía capitalista de mercado. Marco
jurídico defendido por los dirigentes del PCA-PCE, como el portavoz de
IU en el Parlamento Andaluz, Antonio Castro, cuando en el pasado mes de
mayo señalaba que “IU exprimirá el marco legal para defender los derechos de la mayoría”.
Este movimiento del
PCA-PCE juega con la necesidad de los braceros, jornaleros y demás
trabajadores del campo, envileciendo la acción de la ocupación
de las tierras; con el único objeto de satisfacer sus intereses
partidarios que están en las antípodas de los intereses del proletariado
en general, y de los trabajadores del agro en particular. Y es que
estas falsas ocupaciones son realizadas por el PCA-PCE con objeto de
sacar la fotografía y de conseguir mayores apoyos de cara a la Asamblea
Andaluza de IU, en la que habrá una candidatura del PCA – oportunistas
que gustan gobernar con el PSOE - y otra de aquéllos que están contra el
PCA –pero que son iguales de oportunistas y traidores al proletariado–
tras la que está CUT-BAI y cuya cabeza visible es Encarnación Milla –que
formó parte de un gobierno municipal que, durante años, gobernó la
localidad de Carmona con el Partido Popular como socio de gobierno.
Máxime cuando PCA-PCE se halla en un proceso de descomposición interna
considerable, basta mirar para ello lo acontecido tras el XI Congreso
del PCA en Sevilla –supuesto fortín de dicha formación- donde una parte
de la organización impugnó dicho Congreso denunciando múltiples
irregularidades; por no hablar de la corrupción que salpica a los
dirigentes de dicha organización.
La solución a los
problemas del proletariado, ya sean de la ciudad o ya sean del campo,
sólo vendrán de la mano del socialismo y éste es obra de la clase
trabajadora. Quienes hablan de exprimir el marco legal imperante, acatar
la Constitución como marco y moverse dentro de élla, así como jugar a
la democracia burguesa y fortalecerla, está condenando al proletariado a
su muerte. El proletariado, para avanzar, debe organizarse y
desarrollar sus órganos de poder, y en esa labor, el Partido Comunista
Obrero Español centra sus esfuerzos en la construcción del Frente Único
del Pueblo.
COMITÉ REGIONAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL EN ANDALUCÍA