El catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá de Henares, Antonio Ruiz de Elvira, |
Las motocicletas y vehículos de dos ruedas pueden compensar esta fuerza tumbándose hacia el lado contrario de la curva. En el caso de los trenes, son las propias curvas las que suelen estar peraltadas, con la vía exterior más arriba que la interior, para compensar a través de la fuerza gravitatoria la tendencia natural del tren a seguir hacia delante. "Lo que ha pasado en Santiago es que el tren iba por encima de la velocidad con la que se podía compensar el peralte de las vías", especificaba Antonio Ruiz de Elvira.
No obstante, el físico negaba que el principal problema fuera el error humano pese a que en este caso fuera el más determinante. A su juicio, todos los trenes y redes ferroviarias deberían tener ciertos sensores que detectaran la velocidad del vehículo que circula y que se controlara electrónica y automáticamente para evitar este tipo de incidentes. "El problema básico es de diseño", concluía Antonio Ruiz de Elvira.