"Destruir al movimiento comunista"
Trotski declaró desde 1934 que Stalin y los Partidos comunistas eran responsables de la llegada al poder de Hitler; y que, para derrotar a Hitler, era necesario ahora ya ¡destruir "despiadadamente" a los partidos comunistas! "La victoria de Hitler ha sido provocada por la política despreciable y criminal del Komintern. Sin Stalin no habría habido una victoria de Hitler" (Trotski: La lucha antiburocrática en la URSS Ed. 10-18, París, 1975, p.32) "El Komintern staliniano, como la diplomacia estaliniana, cada uno por su lado, han ayudado a Hitler a sentarse en la silla de montar" (18 enero 1934, Trotski; La lucha p.39) "La burocracia del Komintern, de acuerdo con la socialdemocracia, hacen todo lo posible por transformar a Europa y hasta el mundo entero en un campo de concentración fascista" (31 de marzo de 1934, Trostki; La Lucha p. 59-60). "El Komintern ha creado una de las condiciones más importantes para la victoria del fascismo. Por ello, para acabar con Hitler es necesario acabar con el Komintern" (Trotski, idem. P.35). "¡Trabajadores, aprended a menospreciar a esta canalla burocrática!" (Trotski, p.35). (Los trabajadores) "deben extirpar despiadadamente del movimiento obrero la teoría y la práctica del aventurerismo burocrático" (18 de enero 1934, Trostki, p.42). Así, a principios de 1934, cuando Hitler llevaba en el poder apenas un año, Trotski estimaba que ¡para derribar al fascismo, era necesario ya destruir al movimiento comunista internacional! Magnífico ejemplo de esa "unidad antifascista" de la que hablan demagógicamente los trotskistas.
Acordémonos también de que, en la misma época, Trotski afirmaba que el Partido Comunista Alemán había "rehusado la realización del frente unido con el partido Socialista" y que, como consecuencia, era responsable por su "sectarismo a ultranza", de la llegada al poder de Hitler. En realidad, fue precisamente el Partido Socialista alemán quien, a causa de su política encarnizada en defensa del régimen capitalista alemán, rehusó toda unidad antifascista y anticapitalista. ¡Y Trotski se propone "extirpar despiadadamente" a la única fuerza que realmente libró combate al nazismo! Siempre en 1934, para excitar a las capas populares más atrasadas contra el Partido bolchevique, Trotski lanzó ya la famosa tesis de que la URSS se parecía, por muchos rasgos, a un Estado fascista: "Estos últimos años, la burocracia soviética se ha apropiado de numerosas características del fascismo victorioso, sobre todo en la manumisión del control del Partido y la institución del culto al jefe" (20 enero de 1934, Trotski: La Lucha,
p.49).
"La restauración capitalista en la URSS es imposible"
A principios de 1935, la posición de Trotski era la siguiente: la restauración del capitalismo en la URSS es virtualmente imposible; la base económica y política del régimen soviético es sana, pero la cúspide, es decir la dirección del Partido bolchevique, es la parte más corrompida, la más antidemocrática, la más reaccionaria de la sociedad. Así, Trotski toma bajo su protección a todas las fuerzas anticomunistas que luchan contra "esta parte más corrompida" que es el Partido bolchevique. Y en el seno del Partido, Trotski toma sistemáticamente la defensa de todos los oportunistas, carreristas, estafadores, a los que con su acción minan la dictadura del proletariado y que son criticados con justicia por la dirección. He aquí lo que Trotski escribió a finales de 1934, justo después del asesinato de Kirov, mientras Zinoviev y Kamenev fueron expulsados del Partido y enviados al exilio interior: "¿Cómo ha podido hacerse para que precisamente hoy, después de todos los éxitos económicos, después de la abolición de las clases en la URSS -según nos asegura la dirección-, qué se ha podido hacer para que viejos bolcheviques hayan podido imponerse como tarea la restauración del capitalismo? Sólo evidentes necios serían capaces de creer que las relaciones capitalistas, es decir, la propiedad privada de los medios de producción, comprendida la tierra, puedan ser restablecidas, en la URSS por vía pacífica y llevarnos a un régimen democrático burgués. En realidad, el capitalismo no podrá -si es que pudiese en general- regenerarse en Rusia mas que como resultado de un golpe de Estado contrarrevolucionario que exigiría diez veces más víctimas que la Revolución de Octubre y la guerra civil" (28 de diciembre de 1934, Trotski: El aparato policial del estalinismo, Ed. 10-18, 1976, p.26-27).
Después de haber leído este texto, una primera reflexión se impone. Trotski ha llevado desde 1922 a 1927, una lucha obstinada en el seno de la dirección del Partido, tomando como eje su tesis de la imposibilidad de la construcción del socialismo en un sólo país, la URSS. Ahora bien, este individuo sin escrúpulos declara, en 1934, ¡que el socialismo estaba tan sólidamente establecido en la Unión Soviética, que harían falta decenas de millones de muertos para derribarlo!
A continuación, Trotski hace ver que defiende a los "viejos bolcheviques". Mas, sólo a la posición de los "viejos bolcheviques" Zinoviev y Kamenev, que están diametralmente opuestos a la de otros "viejos bolcheviques" como Stalin, Kirov, Molotov, Kaganovich y Jdanov. Estos últimos han mostrado muy claramente que, en la dura lucha de clases que se desarrolla en la Unión Soviética, las posiciones oportunistas de Zinoviev y Kamenev abren las puertas a las clases explotadoras y a los nuevos burócratas. Trotski avanza un argumento demagógico mil veces utilizado por la burguesía: "es un viejo revolucionario ¿cómo pudo cambiar de campo?". No obstante, Kautsky, a quien se le llamaba el hijo espiritual de Marx y Engels, se convirtió completamente, después de la muerte de los fundadores del socialismo científico, en el principal renegado del marxismo. Plejanov y Vera Zazulitch introdujeron el marxismo en Rusia y crearon las primeras organizaciones revolucionarias marxistas; no obstante, llegaron a ser los jefes de fila de los mencheviques y se batieron, en 1919-21, al lado de la contrarrevolución y de las fuerzas intervensionistas. ¿Y qué decir de los "viejos bolcheviques" Khruschov y Mikoyan, que han metido de hecho a la URSS en la vía de la restauración capitalista?
Trotski afirma que la contrarrevolución sólo es posible, por un baño de sangre que costaría cerca de 80 millones de muertos (!) Afirma pues, que el capitalismo no puede ser restaurado "desde el interior", por la podredumbre política del Partido, por la infiltración enemiga, la burocratización y la socialdemocratización del Partido. Sin embargo, Lenin había ya insistido sobre esta posibilidad. En 1922, Lenin hizo observar que algunos decían que el poder de los Soviets "se ha encarrilado en una vía que rueda hacia el poder burgués ordinario". A lo que Lenin añadía: "Estas cosas son posibles, digámoslo sin ambigüedades". "En efecto -prosiguió-, la NEP es una forma de lucha entre dos clases irreductiblemente hostiles". "¿Quién conduce y quién es conducido?", "¿Quién triunfará efectivamente?" (Lenin, Obras, T-33, p.292-294).
Políticamente Kamenev y Zinoviev fueron los precursores de Khruschev. Pues, para ridiculizar la vigilancia respecto a los oportunistas del género de Kamenev, Trotski utiliza un argumento que será casi textualmente retomado por Khruschev en su "Informe Secreto": "La liquidación de clases antes dominantes, al mismo tiempo que los éxitos económicos de la nueva sociedad, deberían obligatoriamente llevar a la atenuación y la desaparición progresiva de la dictadura." (El Aparato, p.28). En el momento en que una organización clandestina llega a asesinar al número dos del régimen socialista, Trotski declara: "La dictadura del proletariado en la URSS debe lógicamente comenzar a desaparecer". Siempre dirigiendo la punta de lanza contra los bolcheviques que defienden al régimen soviético, Trotski pide clemencia para los conspiradores. Al mismo tiempo que presenta a los terroristas bajo un ángulo simpático. Trotski declara sobre el asesinato de Kirov: "Un acto terrorista cometido por orden de una organización determinada es inconcebible si no existe una atmósfera política favorable. La hostilidad hacia las alturas del poder debería extenderse ampliamente y tomar formas agudas para que en el seno de la juventud del Partido pueda cristalizar un grupo terrorista. (...) Si entre las masas populares el descontento se extiende hasta aislar a la burocracia entera; si la juventud misma se siente apartada, oprimida, privada de la posibilidad de un desarrollo independiente, la atmósfera para los grupos terrorista se habrá creado" (El Aparato, p.34-35).
Trotski, aunque públicamente tome sus distancias en relación con el terror individual, se apresura a decir ¡lo bien que piensa de este atentado contra Kirov! Como veis, el complot y el asesinato son las pruebas de que hay una "atmósfera general de hostilidad que aísla a la burocracia entera". El asesinato de Kirov prueba que "la juventud se siente oprimida y privada de la posibilidad de un desarrollo independiente". Esta última observación es un estimulante directo a la juventud reaccionaria que, efectivamente, se siente "oprimida" y desprovista de "posibilidades de desarrollo independiente".
A favor del terror y la insurrección
Y Trotski termina por postular el terror individual y la insurrección armada, para destruir al poder "estalinista". Así, desde 1935, Trotski actúa como un contrarrevolucionario sin máscara, como un anticomunista irreductible. He aquí un texto que escribió en 1935, un año y medio antes de la Gran Purga de 1937. "Stalin es la encarnación viva de un Termidor burocrático. Entre sus manos, el terror es y queda ante todo como un instrumento destinado a aplastar al Partido, a los sindicatos y a los soviets, y establecer una dictadura personal a que solo le falta... la corona imperial. (...) Las atrocidades insensatas engendradas por métodos burocráticos en la colectivización, como las grandes represalias y las violencias ejercidas contra los mejores elementos de la vanguardia proletaria, han provocado, de forma inevitable, la exasperación, el odio y el espíritu de venganza. Esta atmósfera engendra disposiciones al terror individual entre los jóvenes (...) Sólo los éxitos del proletariado mundial pueden reanimar la confianza del proletariado soviético en sí mismo. La condición esencial de la victoria de la revolución es la unificación de la vanguardia proletaria internacional alrededor de la bandera de la IV Internacional. La lucha por esta bandera debe también ser llevada a la URSS, con prudencia pero de forma intransigente. El proletariado que ha realizado tres revoluciones levantará la cabeza una vez más. La absurdidad burocrática ¿no intentará resistirla? El proletariado encontrará una escoba suficientemente grande. Y nosotros le ayudaremos". (26 de septiembre de 1935, Trotski: El aparato policial del estalinismo Ed. 10-18, París,p.85-87).
Es así como Trotski exalta discretamente el "terror individual" y predica abiertamente una "cuarta revolución". ¿Qué fuerzas puede movilizar con estos llamamientos? En primer lugar, a los kulaks que los "burócratas" han infligido "atrocidades insensatas" durante la colectivización. Después, a los oportunistas podridos que han ensayado ya el arma del terrorismo contra Kirov y contra otros dirigentes: cuando Trotski habla, en 1935, de "los mejores elementos de vanguardia" contra los cuales el Partido ha ejercido "cobardes represalias y violencias", está haciendo referencia al grupo de Zinoviev y de Nikolaïevski. En este texto, Trotski afirma que Stalin "aplasta" al partido bolchevique, a los sindicatos y a los soviets. Una contrarrevolución tan "atroz", declara Trotski, debe necesariamente provocar entre los jóvenes el odio, el espíritu de venganza y el terrorismo. Esto es un llamamiento apenas disimulado al asesinato de Stalin y de otros dirigentes bolcheviques. Trotski declaró que la actividad de sus acólitos en la Unión Soviética debe ser llevada según las reglas de la estricta conspiración; es pues evidente que no puede llamar directamente al terror individual. Pero hace comprensible que un tal terror individual puede ser "provocado de forma inevitable" debido a los crímenes estalinistas. En lenguaje conspirativo, no se puede ser más claro. Si hubiera alguna duda entre sus partidarios de que se debe llegar hasta la lucha armada contra los bolcheviques, Trotski añade: en Rusia hemos hecho una revolución armada en 1905, otra en febrero de 1917 y una tercera insurrección armada en octubre de 1917. Preparemos ahora una cuarta revolución contra los "estalinistas". "Si osan resistir, los trataremos como hemos tratado en 1905, 1917 a los zares y a la burguesía". Predicando una revolución armada en la URSS, ¡Trotski se convierte en el portavoz de todas las clases reaccionarias derrotadas, desde los kulaks a los zaristas pasando por los burgueses y los oficiales blancos! Para arrastrar a algunos obreros en su empresa anticomunista, ¡Trotski solo les promete los "éxitos del proletariado mundial" que van a "reanimar la confianza del proletariado soviético"
Hacer estallar a los Partidos Comunistas de Occidente
Abordando la lucha de clases en los países imperialistas, conviene subrayar que la lucha principal de Trotski apuntaba... hacia la destrucción de los Partidos Comunistas. Trotski ordenó desde 1934 a sus acólitos entrar en los partidos socialdemócratas, partidos que defendían abiertamente al régimen capitalista y colonialista. Trotski quería que sus partidarios les reforzaran sus tendencias anticomunistas. Así, la presión contra los PPCC sería cada vez más fuerte y muchos obreros se darían de baja. ¡La destrucción del Partido comunista conduciría entonces ¡al desarrollo imparable de la IV Internacional trotskista, vanguardia de la Revolución mundial! Esto es lo que escribía Trotski en una Carta a los bolcheviques-leninistas de la URSS, publicada en agosto de 1934. En ella puede leerse esto: "En el interior de los partidos de la Segunda Internacional se está realizando un proceso de radicalización de las masas. El régimen cuartelario del Komintern, el cinismo de su procedimientos y de sus métodos, constituye hoy en día el principal obstáculo sobre la vía de la educación revolucionaria y de la formación de la vanguardia proletaria. (...) Los obreros socialistas deben ser el campo principal de (nuestras) actividades. Sólo siendo eficaces en esto, podremos sacar a los obreros comunistas del tornillo de banco de la burocracia y asegurar la creación de un verdadero partido revolucionario de masas, sección de la IV Internacional, que llevará al proletariado a la conquista del poder" (17 agosto 1934, Trotski: La lucha p.65-66). Así que, según él, desde 1934, el "principal obstáculo" que los trotskistas quieren destruir en los países imperialistas, son los PPCC: el objetivo principal de la lucha que llevaron a cabo los trotskistas, fue la misma diana principal sobre la cual convergían todos los ataques de la patronal, de la derecha clásica, de la socialdemocracia y del fascismo.
El apoyo trotskista a la socialdemocracia fue completado por un trabajo de infiltración y de subversión en el seno de los partidos comunistas. Trotski tenía la intención de hacerlos estallar. Para conseguirlo, utilizó una fraseología "izquierdista". Los PPCC querían constituir un frente unido con ciertas fracciones de la burguesía contra el fascismo hitleriano, lo que -declaró Trotski- es una desviación "socialpatriótica"insoportable para los verdaderos "revolucionarios proletarios". Y a pesar de utilizar este argumento "de extrema-izquierda" para destruir a los PPCC, ¡los trotskistas se esforzaron en reforzar a la socialdemocracia contra el Partido Comunista!
En 1935 Trotski escribió: "En el interior del Partido comunista se acumulan tendencias cada vez más considerables que deben, inevitablemente, llevar a una serie de escisiones. Y la continuación es organizarlos en la IV Internacional, por ello es necesario observar la vida interna del partido comunista y apoyar a las tendencias revolucionarias, proletarias, contra la facción dirigente social-patriótica" (7 septiembre de 1935, Trotski: La lucha, p.99).
Insertamos aquí un paréntesis para mostrar hasta que punto Trotski devino, desde 1935, el portavoz de los peores reaccionarios en la arena internacional. En un panfleto titulado De Marx a Stalin, publicado en 1937, "la Juventud Intelectual Católica, deseosa de aportar su contribución al arsenal intelectual anticomunista" da la palabra al abogado Jean Dal. Este último se esforzaba en probar a los intelectuales católicos que el comunismo es "irrealizable e inadmisible". Diciendo de paso que "Henri De Man, en su obra Más allá del marxismo, ha enriquecido de forma considerable el pensamiento marxista, sin traicionarlo". Y que está de acuerdo con Berdiaïev en que "el espíritu mismo del comunismo es la negación del espíritu" (Dal, p.7, 8, 38 y 60). Sobre su trayectoria, el señor Dal parece dar idea de querer esclarecer y convencer a "los intelectuales inclinados a dejarse seducir por ciertos aspectos del comunismo", citando abundantemente... las obras de Trotski. He aquí el pasaje central de la obra de Dal: "Acabo de leer el último libro de León Trotski, La Revolución Traicionada. Este libro es más que la obra de un agriado vindicativo, de un ambicioso de gran envergadura apartado brutalmente de las avenidas del poder. Pues no hace más que confirmar, sintetizar, revelar a la luz con una incontestable potencia verbal y una lucidez remarcable, datos dispersos que ha sido capaz de rebuscar en 36 libros, periódicos y artículos de periódico. Datos según los cuales la URSS, como la Francia revolucionaria del pasado, habría conocido su Termidor y está ya en una forma de período preconsular, después del cual este país no representa más que de fachada el ideal intelectual que lo suscitó, sus dirigentes siguen deliberadamente una línea de conducta casi exactamente contraria a la política leninista. Otra cosa es saber si toda Revolución no acabará por terminar en un Termidor. Stalin y su camarilla de burócratas y mandarines ¿son los responsables de la evolución actual de la URSS? ¿Han traicionado a sabiendas? ¿o es que no podían hacer otra cosa que traicionar? La Rusia de 1936 está muy lejos de la imagen que Lenin, en los últimos años de su vida, proyectaba sin cesar sobre la pantalla del porvenir" (Dal, p.36-37).
Valía la pena pararse un instante sobre esta tesis y estas afirmaciones que salen de la boca de un anticomunista declarado, pero que han sido plagiadas, palabra por palabra, de Trotski, ese "viejo mbolchevique", este "opositor de izquierdas"... En Francia, el Termidor fue un golpe de Estado contrarrevolucionario que condujo a la ejecución de Robespierre y de Sant-Just y a la dominación de la gran burguesía. Trotski se une a la agitación de los mencheviques que, en 1917, afirmaban que los bolcheviques eran unos "contrarrevolucionarios", que el bolchevismo instauraría la "dictadura" de una "nueva aristocracia".
Después de la lectura de estos textos, es evidente que todo comunista soviético que tomara conocimiento de las ligazones clandestinas existentes entre ciertos miembros del Partido con Trotski, tendría el deber imperativo de denunciarlos a la Seguridad del Estado. Los que mantenían relaciones con Trotski, formaban parte de un complot contrarrevolucionario que buscaba destruir los cimientos básicos del poder soviético, cualquiera que fuesen los argumentos de "izquierda" que fueran utilizados para justificar el trabajo de subversión anticomunista.